La salud mental es un aspecto fundamental del bienestar general, pero sigue siendo uno de los problemas más pasados por alto y estigmatizados, especialmente entre los jóvenes desatendidos. Estos jóvenes a menudo enfrentan desafíos únicos que pueden exacerbar los problemas de salud mental, incluidas las disparidades socioeconómicas, la falta de acceso a la atención médica y los estigmas culturales.